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Es de sobra conocido que un idioma no es un ente estático, como tal evoluciona, influye y es influido por lenguas y otras variedades lingüísticas, sobre todo por aquellas con las que está en contacto. El español no es una excepción. Desde su origen ha estado en contacto con lenguas como el vasco o el árabe, más alejadas del latín, y el catalán, francés o gallego, más cercanas, recibiendo en mayor o menor cantidad, influencia mutua.

En este sentido, el libro escrito por Karol A. Klee, El Español en contacto con otras lenguas (Georgetown University Press, 2009), recoge algunos rasgos de esa influencia con otros idiomas. Expondré algunas de esas interferencias presentes en el libro, y alguna otra que no lo está, que se encuentran muy extendidas 
en la sociedad valenciana, donde el español y el catalán conviven, y que los académicos recomiendan evitar.

Uno de esos rasgos que todos estamos acostumbrados a escuchar entre personas bilingües en castellano y catalán, es  el error que cometen cuando emplean los verbos traer y llevar. Puesto que en catalán, el verbo portar reúne las funciones semánticas-pragmáticas de esos dos verbos, a menudo el hablante bilingüe al expresarse en castellano, comete el siguiente error:

-¿Me vas a traer ya el CD que te pedí?

-*Sí, ya te lo traigo, en lugar de: Ya te lo llevo.

Lo mismo ocurre con los verbos ir y venir, donde venir asume la función de ir, produciéndose, sobre todo en la lengua oral, ejemplos como el siguiente:¿Vas a venir?,*Sí, ya vengo, en vez de: Ya voy.

Otro de los errores que se producen en el castellano hablado en las comunidades españolas de Cataluña, Baleares y Valencia, es en el uso del imperativo del verbo ir, en la segunda persona del singular. En vez de ve (tú) se escucha con frecuencia ves, como en el siguiente caso:

-*Ves a comprar el pan. Lo correcto sería:Ve a comprar el pan.


En este caso, la interferencia se debe a que el imperativo del verbo ir en catalán (anar) es vés, escrita con tilde diacrítica, para distinguirla del plural de la consonante uve, en catalán (ve).

Por último, otro fallo que se comete con frecuencia en la lengua oral, en las zonas bilingües españolas, catalanas-castellanas, y que este libro no lo recoge, es el uso de la expresión con la forma apocopada cien cuando hablamos sobre porcentajes, como en el ejemplo: *Cinco por cien, en lugar de Cinco por ciento. Con toda probabilidad, este error se produce porque en catalán este numeral cardinal se dice cent, y cuando el hablante lo traduce, lo hace empleando cien en vez de ciento porque es más parecido. En este caso, la RAE (Real Academia de la Lengua Española), indica que tan solo se usará cien cuando expresa totalidad: Cien por cien.


Martín Delgado Santos




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