Cada vez más observamos en los medios de comunicación españoles, tanto en la prensa escrita como en los informativos de televisión, el empleo de ciertos topónimos que no son castellanos. Estoy hablando, naturalmente, del nombre de ciudades y comarcas ubicadas en las comunidades españolas donde el castellano es cooficial junto a otro idioma: Comunidad Valenciana, Cataluña, Galicia, Islas Baleares y el País Vasco.
Por ejemplo, si nos dirigimos al buscador de un periódico de ámbito estatal como El País, y escribimos Lérida, observaremos que la última vez que figura en algún artículo o noticia fue en el año 1994 y Gerona un año antes. A partir de entonces, estos topónimos aparecen escritos en catalán: Lleida y Girona. Lo mismo ocurre con otros nombres de ciudades, como A Coruña en vez de La Coruña, u Ourense por Orense, aunque estos aparecen posteriormente. Paradójicamente, toda la prensa española cuando habla de ciudades extranjeras, como Londres o Viena, nunca las nombran por sus idiomas originales, London y Wien, sino que lo hacen con la transcripción española.
Pues bien, tanto la RAE (Real Academia de la Lengua Española), como otras entidades como FUNDÉU (Fundación del Español Urgente), que velan por el buen uso de nuestro idioma, nos dicen que, cuando se trata de textos escritos en castellano debe figurar el topónimo en esa misma lengua, a menos que sea un escrito oficial, donde sí hay que emplear el mismo en su idioma tradicional, puesto que estos nombres han sido aprobados por las Cortes españolas. Ahora bien, quien propugna las normas a nivel lingüístico, no son las Cortes sino la RAE, porque, como indica FUNDÉU, esta no tiene competencias en ese sentido.
Hay que aclarar que esto no se trata de una majadería de nuestros académicos, porque cada lengua tiene sus topónimos, la gran mayoría adaptados a la grafía de su propio idioma. A nadie se le ocurriría decir: El próximo fin de semana me iré de compras a New York, a no ser que se trate de un pijo, y aún así, la RAE diría que el uso del topónimo inglés en un texto español no es correcto y que debe decirse en su lugar: El próximo fin de semana me iré de compras a Nueva York.
Este tema puede herir ciertas sensibilidades por una connotación política que cierta parte de la población cree entrever. Pero lo cierto es que hay que distinguir los temas políticos de los genuinamente gramáticos, y en este sentido, la RAE está lejos de difundir cualquier aspecto que no sea el de establecer las normas y usos de una lengua tan rica en múltiples variantes como es el español.
Martín Delgado Santos
Por ejemplo, si nos dirigimos al buscador de un periódico de ámbito estatal como El País, y escribimos Lérida, observaremos que la última vez que figura en algún artículo o noticia fue en el año 1994 y Gerona un año antes. A partir de entonces, estos topónimos aparecen escritos en catalán: Lleida y Girona. Lo mismo ocurre con otros nombres de ciudades, como A Coruña en vez de La Coruña, u Ourense por Orense, aunque estos aparecen posteriormente. Paradójicamente, toda la prensa española cuando habla de ciudades extranjeras, como Londres o Viena, nunca las nombran por sus idiomas originales, London y Wien, sino que lo hacen con la transcripción española.
Pues bien, tanto la RAE (Real Academia de la Lengua Española), como otras entidades como FUNDÉU (Fundación del Español Urgente), que velan por el buen uso de nuestro idioma, nos dicen que, cuando se trata de textos escritos en castellano debe figurar el topónimo en esa misma lengua, a menos que sea un escrito oficial, donde sí hay que emplear el mismo en su idioma tradicional, puesto que estos nombres han sido aprobados por las Cortes españolas. Ahora bien, quien propugna las normas a nivel lingüístico, no son las Cortes sino la RAE, porque, como indica FUNDÉU, esta no tiene competencias en ese sentido.
Hay que aclarar que esto no se trata de una majadería de nuestros académicos, porque cada lengua tiene sus topónimos, la gran mayoría adaptados a la grafía de su propio idioma. A nadie se le ocurriría decir: El próximo fin de semana me iré de compras a New York, a no ser que se trate de un pijo, y aún así, la RAE diría que el uso del topónimo inglés en un texto español no es correcto y que debe decirse en su lugar: El próximo fin de semana me iré de compras a Nueva York.
Este tema puede herir ciertas sensibilidades por una connotación política que cierta parte de la población cree entrever. Pero lo cierto es que hay que distinguir los temas políticos de los genuinamente gramáticos, y en este sentido, la RAE está lejos de difundir cualquier aspecto que no sea el de establecer las normas y usos de una lengua tan rica en múltiples variantes como es el español.
Martín Delgado Santos